“Yo soy el Pan de Vida, el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá nunca sed”
(Jn 6, 35)
Un año más nuestra parroquia ha vivido con gran alegría la celebración de las Primeras Comuniones. Este año han sido 36 niños los que han dado un paso importante en su camino espiritual recibiendo a Cristo en la Eucaristía por primera vez.
Para ellos ha supuesto un momento muy importante de encuentro con el amor infinito de Jesús y al mismo tiempo un alimento para sus almas que los fortalecerá y guiará durante toda su vida cristiana.
Nuestra labor como comunidad parroquial no termina aquí. Es fundamental que sigamos apoyando y acompañando en su crecimiento espiritual.
Debemos seguir presentes, junto a las familias, ofreciendo nuestro cariño y guía para que continúen profundizando en su “fe de niños” y para que la semilla plantada crezca y dé frutos abundantes.
El agradecimiento, a sus catequistas María, Brenda, Maria, Charo, Bea, Luz Marina y Sandra, y a las familias, cuya colaboración es un pilar esencial en estos años de preparación con amor y dedicación para que este momento sea posible.
