“Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre aquel sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Llegó Jesús en un borriquillo mientras muchos extendían sus mantos en el camino y otros lo tapizaban con ramos cortados en el campo.”
Marcos 11 1,10
El Domingo de Ramos se celebra la entrada de Jesús a Jerusalén, es la “puerta de entrada” a la Semana Santa, podemos decir que marca el inicio de la Pasión. Es un día muy significativo, por un lado, la llegada de Jesús, victorioso y aclamado, su triunfo como Mesías, y a la vez, la lectura de la Pasión de Cristo nos invita a entrar en la Semana Santa. La procesión tiene un carácter alegre y popular, los fieles acompañan al sacerdote con ramos que han sido bendecidos y que luego son conservados durante todo el año en sus hogares.
Jesús debía entrar a Jerusalén el día diez de Nisan, en el calendario judío, el mismo día en que el cordero sin defecto era seleccionado. La ciudad estaba repleta, todos los familiares y amigos que vivían en tierra lejanas llegaban a la ciudad, a casas de familiares, a celebrar la pascua. La muchedumbre le aclama como Rey y alfombra su camino, al igual que los fieles que acuden a la celebración el domingo, le aclaman con ramos de olivo que luego se quemarán para la ceniza de la próxima Cuaresma.
La celebración litúrgica del domingo está dividida en dos, esa conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén con la procesión, y la Santa Misa acompañada de la proclamación de la Pasión que es el memorial de la Muerte y Resurrección de Cristo.
Los fieles asistentes han recibido la bendición de palmas y ramos en todas las misas. Al igual que el año anterior, se ha facilitado la adquisición de las palmas, centralizando la compra a través de la parroquia. La hermandad de Santa Quiteria, también ha ofrecido la posibilidad de poder adquirirlas el domingo anterior en la ermita y, como broche, la hermandad del Santísimo Sacramento y Santo Cristo ha regalado, a los asistentes a la misa de familias, una pequeña “palma de solapa”. Así todos han podido acudir a la celebración preparados, tal y como se hacía antiguamente, pues era el día en que las familias estrenaban sus mejores galas. El coro ha amenizado esta Eucaristía, iniciando las celebraciones de Semana Santa.