Oratorio de Niños Pequeños: la experiencia de coger de la mano a Jesús

Aitana sale de la parroquia con una carpeta verde y un corazón en la mano. Es martes y se acaba de hacer de noche. Mientras su madre, apurada, llega a recogerla con su hermana pequeña de la mano, Aitana se piensa la pregunta de su catequista:

—¿A quién le vas a dar tu corazón?

La niña parece dudar. No tiene claro si a su madre o a su padre.

—Recuerda lo que hemos hablado hoy —insiste Marian, su catequista—. Este corazón simboliza lo más valioso que tienes y se entrega a personas que necesitan una atención especial o a aquellas a quienes queremos mucho, mucho, mucho y de esta manera se lo hacemos saber. Es como el corazón de Jesús.

Aitana coge de la mano a su madre, no sin antes abrir la carpeta verde para comprobar que ese valioso corazón está latiendo ahí dentro, esperando la oportunidad de bombear vida en la entrega a los demás.

Esta niña, junto a sus compañeros de catequesis, forma parte de un proyecto pionero en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Alpedrete. Este curso, 2023-2024, se ha comenzado a implantar el Oratorio de Niños Pequeños, que el padre Gonzalo Carbó ideó hace treinta años para ayudar a los peques a encontrarse con Jesús en la oración.

Recogimiento y contemplación son dos requisitos íntimamente ligados a la oración. Y a priori ninguno de ellos parece ser muy natural en una etapa vital tan enérgica, llena de distracción y juego, como la infancia. Por eso generar un ambiente de serenidad es el primer paso para desarrollar la práctica de la oración en los niños.

Con este objetivo, en la parroquia de Alpedrete se ha dispuesto una sala especial: el oratorio sigue una disposición en la que la Biblia se convierte en el centro y, en torno a ella, se colocan de manera cómoda los niños y niñas. Es importante que, a modo de juego, cambien las posiciones iniciales que eligen por inercia y, fundamentalmente, por relaciones de cercanía: si tienen al lado a su mejor amiga de catequesis les será mucho más difícil concentrarse.

Dejar atrás el bullicio es uno de los primeros retos de esta práctica espiritual. Sólo a partir de esta calma puede entablarse el diálogo auténtico con Jesús.

Y esto es precisamente lo que persigue el oratorio: que los peques de la casa se sientan en compañía de Dios y aprendan a verle en su día a día y a hablar con Él, no sólo con las oraciones aprendidas de memoria, sino con una conversación de amistad y confianza.

Así lo explica el padre Carbó, creador del método:

«Aparece una pedagogía espiritual, con novedades pastorales y metodológicas y la verificación antropológica de que el desarrollo humano integral de los niños, de la persona en cuanto relación de amor, tiene su alma y fundamento en sus primeras relaciones “sensibles y espirituales” con Jesús en el Espíritu Santo y, por Él, con el Padre, con los hombres y con la creación. 

«Pero el descubrimiento más relevante ha sido el mismo Niño, en su potencial espiritual para relaciones teologales, sobrenaturales y hasta místicas, sobre la sencillez de una cierta connaturalidad y espontaneidad: dejado el niño a la relación gratuita con Jesús, vemos que, cuanto más pequeño, con mayor apertura y acogida vive del Misterio de Dios, en toda su grandeza».

Las palabras de Jesús «Dejad que los niños se acerquen a mí» cobran con esta práctica un significado pleno y profundo, que arraiga la fe y da sentido a la formación cristiana en todas sus dimensiones.

El Oratorio de Niños Pequeños ha comenzado en la parroquia de Alpedrete en 2023 con los grupos de 1º de catequesis de Primera Comunión y se irá extendiendo al resto de grupos, pues está concebido para desarrollarse desde los 3 a los 12 años.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Gonzalo M. Carbó Bolta, «El Oratorio de Niños Pequeños: una experiencia de encuentros de amor con Jesús resucitado, Corazón de la vida espiritual de los niños y alma del desarrollo integral de la persona». Edetania 35 [2008] 155-165.