«Precisamente, el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio»
Papa Francisco
Pero… ¿Por qué este sínodo y qué se pretende con él?
Un sínodo es un proceso de escucha al Pueblo de Dios. El Papa Francisco invita a toda la Iglesia y a los alejados a preguntarnos cómo mejorar la comunión, participación y apertura a la misión. Este sínodo es una continuidad con la renovación propuesta en el Concilio Vaticano II animando a reflexionar sobre el camino recorrido y el que queda por recorrer. El Papa aconseja a los obispos «encontrar», «escuchar» y «discernir».
Este curso de 2021-2022 comienza con la llamada “fase diocesana”, iniciada en Roma y que finalizará el 7 de mayo de 2022 en Madrid en la Catedral de la Almudena. A esta primera fase están llamadas todas las parroquias, movimientos, sacerdotes, laicos, consagrados, alejados…, y todos los que quieran participar animando especialmente los consejos pastorales.
Y… ¿Cómo podemos participar?
A través de la parroquia se presenta la oportunidad de expresarse y de ser escuchados para contribuir en la construcción del Pueblo de Dios. Se ofrecerán unos materiales y se realizarán grupos de trabajo que permitan profundizar en este recorrido. La oración y la escucha son indispensables para esta primera fase. Para ello la diócesis ha elaborado una serie de documentos que permiten guiar a todos los que quieren participar en el sínodo. Todo ello se puede consultar en la web https://sinodo.archimadrid.es/
La parroquia de la Asunción de Alpedrete realizará el trabajo en grupo el próximo día 10 de abril a las 17:00 horas. Todos los que quieran participar en esta fase consultiva pueden hacerlo inscribiéndose en la sacristía, mandando un mail a la parroquia parroquiadealpedrete@gmail.com o presentarse ese día en el templo.
Con estas palabras nos convoca nuestro párroco Guillermo:
“El próximo 10 de abril tenemos una oportunidad de encontrarnos para compartir, escucharnos y dialogar, y con ello ayudar a nuestra Madre la Iglesia en su misión de llevar a Cristo a todos. El Espíritu Santo actúa en cada uno de nosotros y por eso es importante la participación de cada uno independientemente de la edad, procedencia, criterios e, incluso, modos de vivir la fe”.