Si existe una etapa en el año en el que todos nuestros sentidos se pasean como por una alfombra roja, esa es la Navidad.
Tiempo de luces festivas que nos devuelven la mirada de los niños y niñas que fuimos o somos, esperando la llegada de LA LUZ QUE ILUMINARÁ AL MUNDO.
Tiempo de encuentros familiares ante las lumbres, recordando los manjares de nuestros mayores, recuperando las tradiciones en homenaje a los sabores y a las raíces, como aquellos alimentos que llevaron en sus zurrones los pastores hasta el establo.
Tiempo de esencias y olores, de incienso y mirra que flotan en nuestras casas, como el de los cofres que los Reyes ofrecieron al Niño Dios.
Tiempo de caricias, abrazos, ternura hecha carne en la inocencia del Recién Nacido y en el amor expresado por la Sagrada Familia en un humilde pesebre.
Y tiempo de música, de nanas susurradas, de ángeles cantores, de glorias resonando en el cielo y en la tierra en honor a nuestro Salvador.
Por eso el Coro de nuestra Parroquia quiere mantener viva la tradición de reunirnos todos los años para compartir esos cantos populares, los Villancicos, que se iniciaron con el Puer Natus Est en el siglo VI.
Nuestra ofrenda la pondremos a los pies del Portal el sábado 30 de diciembre a las 19:45 h. Viviremos la alegría de festejar al Niño Dios ya nacido, con el único deseo de que nuestras voces le envuelvan en el arrullo amoroso de cada uno de nuestros corazones.